¡El inglés es para toda la familia!
By: Sarah Luckam
Ayer, una maravillosa pareja de abuelos se acercaron a dejar a su nieto en una de mis clases. Era posible ver cómo de orgullosos estaban. Mientras el pequeño entraba en el aula, se giró hacía mí y me dijo: “Sarah, mis abuelos no hablan inglés, pero yo sí, ¿a que sí?”
Sus abuelos sonrieron, pero noté que había algo más. No era necesariamente arrepentimiento; era el momento en el que se dieron cuenta de que su nieto estaba entrando en un mundo en el que ellos no podían desenvolverse. Y no por la falta de capacidad para hacerlo, si no por no haber tenido la oportunidad de aprender inglés que el pequeño sí estaba teniendo.
Fue un pequeño momento, pero se quedó grabado en mi cabeza. El inglés abre puertas para aspectos tan importantes como trabajos, viajes o incluso exámenes. Pero a veces, se trata de algo más pequeño. Algo como ser capaz de seguir una conversación a la hora de cenar. De compartir algo más que una sonrisa.
Y no, no es demasiado tarde. Esta es la parte de la historia que podemos cambiar.
Existe un mito bastante común sobre el aprendizaje de idiomas. Todos hemos escuchado que los niños son especialmente buenos para aprender un idioma y que, a medida que envejecemos, perdemos esa habilidad. Aunque puede ser parcialmente cierto que los niños tienen una increíble facilidad para aprender nuevas lenguas, estudios recientes han demostrado que los adultos cuentan con habilidades únicas relacionadas con su mayor experiencia de vida, lo cual les ayuda en el proceso de aprendizaje.
Además, aprender un idioma más tarde en la vida trae numerosos beneficios. Hoy quiero compartir esos beneficios para desmentir el mito y animar a personas de todas las edades a crecer y disfrutar de nuevas experiencias gratificantes.
Algunas cosas que quiero que sepas:
El aprendizaje del inglés agudiza la memoria, mejora la concentración y fortalece la toma de decisiones. Nos ayuda a pensar con mayor claridad e independencia. Y no se trata solo de lo mental. Según Javier Urresti López, de Metropol Salud, los estudios muestran que aprender un idioma puede aumentar un antiinflamatorio natural en el cuerpo, aliviando el dolor crónico. No solo te mantiene despierto mentalmente, también te hace sentir mejor, literalmente.
Descubrir el inglés en etapas más avanzadas de la vida y compartirlo con la familia es un verdadero regalo. Nos mantiene activos, conectados y curiosos. Practicar inglés en la vida real —como en conversaciones en la mesa, ayudando con los deberes o incluso viendo una película juntos— nos ayuda a recordarlo más rápido. De este modo, aprender algo nuevo y aplicarlo en nuestra vida diaria no solo nos acerca al idioma, también nos acerca entre nosotros.
Por otra parte, incorporar el inglés a cualquier edad abre la puerta a nuevas experiencias. Nos permite conectar con otras personas, compartir ideas y mantenernos mental y socialmente activos por más tiempo. Cuanto más usamos el idioma, más confianza adquirimos, y más oportunidades tenemos de conocer gente nueva y crear relaciones significativas. Así, aprender inglés no se trata solo de comunicación, sino también de comunidad.
Tal como dice mi amiga Peggy Arne de Quiropráctico Puig, “aprender inglés es como mandar a tu cerebro al gimnasio”. Dominar un idioma construye nuevas conexiones neuronales y fortalece la flexibilidad cognitiva. Los estudios muestran que incluso puede retrasar la aparición de la demencia, al estimular las áreas del cerebro relacionadas con la atención y la toma de decisiones. Aprender inglés nos mantiene mucho más lúcidos durante mucho más tiempo.
Entonces, ¿cómo deberías empezar?
Primero, dejemos algo claro: la edad no es una barrera para aprender un idioma. No lo es en la infancia, y tampoco lo es en la jubilación. La idea de que los adultos mayores no pueden aprender es un mito y, a menudo, es el mayor obstáculo que tenemos por delante.
Por eso, en la primera clase en Sarah English, nos enfocamos en desaprender esa creencia. Después, nos centramos en lo que sí es real. Cosas como:
Los adultos mayores suelen tener una ventaja metalingüística sobre los más jóvenes: ya entienden cómo funciona un idioma. Reconocer patrones, reglas gramaticales y estructuras resulta más natural cuando has pasado toda una vida usándolos.
Los mayores llegan al aprendizaje de idiomas con una gran cantidad de herramientas acumuladas. Ya tienen un vocabulario rico en su lengua materna, lo que les ayuda a hacer conexiones significativas con nuevas palabras y conceptos.
Los mayores disponen de más tiempo para dedicar al aprendizaje. Además, están aquí por elección. No es un requisito escolar ni una obligación laboral. Es algo que hacen para ellos mismos.
Para muchos, la jubilación se siente como una segunda oportunidad. Un momento para hacer aquello que no pudieron durante sus años de trabajo. Y para quienes han elegido el inglés, suele sentirse como un regalo que al fin se han ganado.
Los mayores tienden a ser alumnos curiosos, interesados en la cultura. Aprender inglés abre el acceso a libros, películas, viajes, conversaciones y experiencias que han querido explorar durante mucho tiempo.
Con la edad, las personas se vuelven más seguras. La timidez se desvanece. Algunos levantan la mano por primera vez. Existe una libertad en el aula que es difícil de encontrar antes en la vida.
En Sarah English, creemos que la mejor forma de aprender un idioma es hacerlo tuyo.
En nuestras clases:
Lo conectamos con la vida real. Cuando la gramática se vincula a tus recuerdos (a través de tus historias o tus fotos), es más fácil de comprender y más difícil de olvidar.
Usamos los cinco sentidos. Cuantas más formas tengas de experimentar una palabra, más probabilidades hay de recordarla.
Dejamos que la emoción haga su parte. Recordamos lo que sentimos. Una palabra ligada a un momento dura más que una en una tarjeta de memoria. El aprendizaje funciona mejor cuando se siente real.
Ese momento con los abuelos me recordó por qué hacemos las cosas como las hacemos.
Porque aprender inglés más tarde en la vida no se trata de ponerse al día, sino de hacer que el idioma sea significativo, personal y real.
Por eso, en Sarah English, empezamos desmontando los mitos. Luego construimos a partir de lo que los estudiantes ya traen consigo: experiencia de vida, motivación y deseo de conectar.
El resultado no es solo aprendizaje de un idioma. Es confianza, comunidad y un espacio donde la edad es una ventaja, no una limitación.