La estrecha relación entre la alimentación y el aprendizaje
¿Sabías que la alimentación está intrínsecamente relacionada con el aprendizaje?
Sí, sí, tal y cómo lees.
Así nos lo explicó el pasado jueves 23 de octubre la nutricionista, María Rodríguez de Segovia García, quién impartió una charla donde explicó la relación existente entre ambos conceptos.
Denominamos aprendizaje al proceso mediante el cual una persona adquiere, modifica o refuerza conocimientos, habilidades, conductas o valores a partir de la experiencia, la práctica y la reflexión. Este proceso está íntimamente relacionado con el funcionamiento del cerebro, un órgano con una altísima demanda energética.
En el caso de los niños, el cerebro representa aproximadamente el 2% del peso corporal, pero consume cerca del 20% de la energía total del organismo, lo que lo convierte en el órgano que más energía necesita. Su principal fuente de combustible es la glucosa, y es fundamental que esta energía llegue de forma constante y estable. Esto depende directamente del tipo de alimentos que se consumen.
Por ejemplo, alimentos como la avena liberan glucosa de manera paulatina, proporcionando un suministro energético estable que favorece la concentración y el aprendizaje. En cambio, el consumo de productos con azúcares refinados provoca un aumento rápido de glucosa en sangre seguido de una caída abrupta, lo que genera cansancio y dificultad para mantener la atención.
Además, el estrés influye directamente en el rendimiento mental. Cuando pasamos muchas horas sin comer, el cerebro interpreta el hambre como una amenaza, lo que puede alterar el equilibrio emocional y disminuir la capacidad de concentración. Por ello, es importante realizar pequeñas comidas regulares a lo largo del día para mantener un nivel adecuado de energía, calma y enfoque.
¿Quieres saber más? ¡Aquí abajo os dejamos adjunta la presentación del pasado jueves 23 de octubre para que le echéis un ojo desde casa!